Con la baja temperatura de los últimos
días, el dorado está comenzando a comer, aunque todavía de una manera no
tan firme en cuanto al pique. Excepto cuando utilizamos señuelos -los
que provocan un ataque feroz y violento del dorado-, para los amantes de
la carnada hay que tener mucha paciencia en cuanto al pique, que es
bastante desconfiado y remolón por estos días, y muchas veces nos hace
pensar que se trata de otra especie y perder la pieza. Los bagres
amarillos van aumentando su porte y cantidad a medida que se afirman los
días fríos, y las bogas de buen tamaño siguen hambrientas por la zona
-algo no tan común en esta estación-. Mientras esperamos que el río
Paraná en nuestra zona llegue a su punto máximo de caudal de agua para
desbordar las lagunas interiores, "poblar de carnada" los cursos del
delta y así poder disfrutar del dorado en su plenitud, seguimos pescando
en Rosario, con OCEANIC TRAVEL. Los esperamos...
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